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Esclava sexual del Estado Islámico revela atrocidades durante su cautiverio

Nada es una joven yazidí de 19 años que fue víctima de las atrocidades del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Después de más de un año en manos del grupo terrorista, la esclava sexual de ISIS logró escapar. Ya a salvo, reveló macabros detalles de la vida como rehén de los yihadistas y aseguró que uno de los altos comandantes era estadounidense.

En agosto de 2014 los combatientes del Estado Islámico irrumpieron en la ciudad de Tal Afar, en el norte de Irak, y capturaron a un grupo de yazidíes. Entre ellos estaba Nada.

Meses después, en octubre, la joven fue comprada por Abu Abdullah al Amriki, líder terrorista de 23 años de origen norteamericano, en una subasta de esclavas en la ciudad siria de Raqqa.

La rehén yazidí describió al yihadista como un hombre alto, pálido, de pelo negro y barba corta. Agregó que en la misma subasta compró a otras ocho niñas y luego vendió a siete de ella.

Las mujeres yazidíes son capturadas y vendidas como esclavas sexuales de ISIS

Mujeres Vendidas

Al ser comprada por Al Amriki, Nada fue llevada a una casa fuertemente custodiada en Manbij, Aleppo. Allí entabló una buena relación con Bazi, otra chica yazidí que también fue enviada a ese hogar junto a su hijo.

En diálogo con Daily Mail, la joven explicó que el terrorista estadounidense además de conducir parte de la red de esclavas sexuales, también orquestaba y dirigía distintos ataques del Estado Islámico.

«Él les decía a sus huéspedes cómo luchar y cómo hacer una emboscada», señaló Nada. «Siempre estaba pidiéndole a la gente que se movilizara y los instruía sobre cómo hacer un plan», agregó.

El yihadista «siempre llevaba una pistola y un rifle AK47». En varias oportunidades golpeó a las esclavas sexuales con un bastón de policía e incluso también lastimó al bebé de Bazi.

Nada indicó que Al Amriki «hablaba muy mal árabe» y sostuvo que estaba tan asustado de ser capturado que «siempre llevaba un frasco de veneno en el bolsillo, para poder suicidarse si sus enemigos lo capturaban vivo».

El líder regional tenía contacto directo con el califa Abu Bakr al Baghdadi, quien asiduamente le enviaba cartas a la misma casa donde el terrorista norteamericano mantenía cautivas a sus esclavas. «Si Abu Abdullah no estaba en la casa, yo tenía que firmar por él. Sólo las recibía y las dejaba en su habitación», relató la joven.

Además reveló que Al Amriki tiene muchas identidades y que viaja regularmente a Estados Unidos para visitar a su familia. Pero la falta de imágenes e información sobre su persona hasta el momento han hecho imposible su captura.

Bazi también logró escapar de las garras de ISIS. En una entrevista concedida a CNN, relató que fue violada en más de una oportunidad por el líder terrorista norteamericano, a quien le suplicó que no le hiciera lo mismo a Nada.

Las jóvenes tuvieron cinco intentos fallidos de escape. Sin embargo, un día, cuando Abu Abdullah y sus guardias fueron a pelear al norte de Irak, Nada logró robarle el teléfono y huyeron a otra casa de Manbij.

Permanecieron allí hasta que la policía del gobierno regional kurdo llegó a rescatarlas. Luego fueron llevadas a un campo de refugiados en el norte de Irak, donde fueron entrevistadas por funcionarios del gobierno de Estados Unidos.

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