A principios de este año se difundió en Internet una foto de Cindy Crawford en ropa interior que mostraba el cuerpo de la exmodelo flácido y con estrías en la zona del estómago. Rápidamente hubo revolución en las redes sociales. La imagen era muy distinta a otras que se han publicado en revistas y anuncios, y por eso estalló un aluvión de críticas contra la top de los noventa y se inició un debate en torno a la cantidad de retoques que llevaban sus posados.
La modelo, de 48 años, ha hablado por primera vez de este asunto. «Estaba en una situación complicada: no podía ir en contra de las personas que se sentían bien viéndome así, pero tampoco podía estar de acuerdo con algo que era falso», comenta la musa de Gianni Versace, quien afirma que no entendía por qué una mala imagen de ella le hacía sentir mejor a la gente. Crawford cree que esa instantánea era como una grieta en la armadura; al mundo se le mostraba que no era perfecta, «aunque nunca he tratado de presentarme así», explica en declaraciones a Elle Canadá.
Su marido, Rande Gerber, —que es socio de George Clooney de la marca de tequila Casa Amigos que hace una semana promocionaron en Ibiza— en su día ya se apresuró a salir en defensa de la modelo y compartió en Instagram una foto de esta en biquini tumbada en una hamaca y escribió: «Ella tiene flores y yo la tengo a ella. Feliz san Valentín». Gerber, con esta acción, trató de desmentir, primero, que su mujer tuviera el cuerpo que aparecía en la foto que se coló en Internet y segundo, que otras imágenes tuvieran retoques. La foto pertenecía a una sesión que se hizo la modelo en 2013 para Marie Claire México y el autor, John Russo, confirmó en marzo a ABC News que se había adulterado y que era una versión falsa de su trabajo.
La top asegura que la imagen «estaba manipulada» y que se enfadó con Charlene White, la periodista británica que difundió por primera vez la instantánea en Twitter, porque no se molestó en comprobar si era verdadera o falsa. Crawford confiesa en el coloquio los sentimientos que suscitó en ella la foto y reconoce que la mayoría de las mujeres son muy duras consigo mismo y que pensaba que estaba en esa categoría. Sin embargo, dice, «esa imagen no refleja lo que veo cuando me miro en el espejo, ni siquiera en el del probador peor iluminado».
