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Varias detenciones en Kuwait tras atentado contra mezquita

KUWAIT (AP) — La policía arrestó a varias personas, entre ellas un ciudadano kuwaití, por su presunta implicación en un atentado en el en el que murieron 27 personas cuando un atacante suicida hizo estallar sus explosivos en una mezquita chií, dijo el domingo el Ministerio del Interior de Kuwait.

El anunció tuvo lugar horas después de que miles de personas participaran el sábado en una multitudinaria procesión fúnebre por las víctimas del primer ataque terrorista ocurrido en el país en más de dos décadas.

Una nueva organización afiliada al grupo Estado Islámico, la autodenominada Provincia de Najd, se adjudicó el atentado explosivo, que ocurrió cuando se efectuaban las oraciones del mediodía dentro de una de las mezquitas chiíes más antiguas de Kuwait.

El grupo Estado Islámico considera herejes a los chiíes y combate a las milicias de esa denominación religiosa que tienen el respaldo de Irán en Irak y Siria.

Uno de los sospechosos detenido es un kuwaití que utilizaba su casa como escondite para otros individuos, indicó el Ministerio del Interior en un comunicado.

También fue arrestada una persona de 25 años de la comunidad «bidun» de Kuwait, integrada principalmente por descendientes de nómadas del desierto y a los que el gobierno considera apátridas, dijo la policía.

Desde hace mucho tiempo las personas de esa minoría afirman que el gobierno les niega la ciudadanía y otros derechos.

Los arrestos ponen de relieve la amenaza que representan para las monarquías apoyadas por Occidente en el golfo Pérsico los jóvenes atraídos por la ideología extremista del grupo Estado Islámico así como el llamado de esta organización a sus simpatizantes para que emprendan ataques allá donde se encuentren.

La policía no precisó la cifra de sospechosos detenidos. El periódico Al-Jarida, vinculado con el gobierno, indicó que siete personas fueron arrestadas durante la noche.

El atentado causó conmoción en Kuwait, conocido por su relativa riqueza y estabilidad. El anterior ataque terrorista en el país ocurrió hace más de dos décadas.

Agrupaciones suníes en Kuwait y gobernantes de todo el Oriente Medio condenaron el atentado, que según autoridades de la región tuvo como fin generar una venganza de los chiíes y provocar una guerra sectaria.

Se cree que más de una tercera parte de los 1,2 millones de habitantes de Kuwait son chiíes. La mayoría de los kuwaitíes son musulmanes suníes, aunque los chiíes ocupan bancas en el parlamento elegido de Kuwait y puestos del gabinete.

A pesar de las elevadas temperaturas veraniegas, dolientes llegados incluso desde el este de Arabia Saudí y Bahrein, asistieron a los funerales y portaron banderas de Kuwait; otros cargaban una bandera negra en señal de duelo. Algunos en la procesión gritaban a coro: «¡Suníes y chiíes son hermanos!»

De vez en cuando también gritaban «¡Allahu Akbar!» que en árabe significa «Dios es grande».

Las mujeres ulularon por las víctimas fallecidas en oración y durante el mes sagrado de los musulmanes, el Ramadán —actualmente en su segunda semana— y afirmaron que murieron como mártires.

Las mujeres lanzaban pétalos de rosa a los cadáveres envueltos en la bandera kuwaití.

Una madre y sus dos jóvenes hijas repartían arreglos de flores para que las personas las colocaran en las tumbas.

Para mantener frescos a los asistentes, un joven rociaba agua en el rostro de la gente. De cualquier forma, los paramédicos estuvieron presentes para atender a los desmayados por el calor que alcanzaba los 42 grados centímetros (107 Fahrenheit).

No todas las víctimas del ataque fueron enterradas en Kuwait. Algunas fueron trasladadas para su sepelio en un lugar sagrado entre los chiís en Najaf, Irak, que se cree es sagrado. El Ministerio de Exteriores de Irán señaló que había tres iraníes entre las 27 víctimas fatales.

Horas después de los cruentos hechos del viernes, el gobernante de Kuwait, el emir Sabah Al-Ahmad Al-Sabah, de más de 80 años, visitó el lugar del atentado.

El gobierno también declaró que la principal mezquita suní del país, la Gran Mezquita, estaría abierta para que los dolientes rindan homenaje a las víctimas los próximos tres días.

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