Trece personas fueron arrestadas en un municipio del sur de China tras retener ilegalmente a funcionarios y agentes de policía e irrumpir en una comisaría y un edificio del gobierno municipal a raíz de una disputa por el fallecimiento de una mujer, informaron las autoridades.
Estos actos violentos reflejan la profunda desconfianza del pueblo en la capacidad del gobierno local para investigar y resolver disputas, además de mostrar su creciente hostilidad hacia las autoridades municipales y la tendencia a ejecutar acciones extremas.
El gobierno del condado de Shuangfeng, en la provincia de Hunan, pidió a los revoltosos que se entreguen a cambio de clemencia.
Cao Hui, de 28 años, falleció el 8 de junio, según las autoridades envenenada por pesticida. Sin embargo, sus parientes reclaman saber si su esposo tuvo participación en su muerte, dijo el gobierno local.
Los parientes y sus cómplices atacaron y detuvieron a funcionarios que fueron a la morgue a buscar evidencia, lo que motivó la intervención de las autoridades municipales. Estos fueron recibidos a pedradas y botellazos y obligados a arrodillarse en la sala donde se velaba a Cao, dijo el gobierno.
El gobierno envió a un centenar de agentes policiales y negoció la liberación de los funcionarios detenidos, pero cientos de vecinos irrumpieron en una comisaría, bloquearon una calle y pincharon los neumáticos de un vehículo policial, lo que impidió que se retiraran los agentes.
