Luego de haber luchado entre los principales líderes de la gesta patriótica de abril del 1965, Vicente Antonio Díaz Rosario, solicita desesperadamente ayuda económica al presidente de la República, para poder afrontar la miseria en la que asegura se encuentra producto de la invalidez que le ha impedido trabajar.
Con lágrimas en los ojos, este hombre que luchó por la patria y que por defender sus ideales fue perseguido por personeros de los 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer, cuenta cómo lleva las secuelas de estos hechos en su cuerpo.
La casa 242 ubicada en la calle 41 en el sector de Cristo Rey es la humilde vivienda alquilada en la que Vicente Antonio Díaz Rosario, de 71 años, pasa los últimos días que le quedan junto a su esposa y cuatro de los 12 hijos que procreó, entre ellos, uno con la condición del síndrome de Down.
Escarramán, como era conocido en los comandos donde luchó y quien aún conserva el carnet de militar otorgado por el coronel constitucionalista Francisco Alberto Camaño Deñó, apela a la conciencia del presidente de la República o de cualquier funcionario público, ya que dice no quiere morir y dejar desamparada a su familia.
Sin televisor y con sólo una nevera y estufa vieja, explica que sobrevive gracias a la poca ayuda que pueden darle sus hijos, algunos de ellos sin trabajo, y a la junta de vecinos del sector.
