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Abreu comienza a vivir su sueño con los Medias Blancas

CHICAGO — El largo camino que llevó a José Abreu de Cuba a Chicago finalmente acabó este martes, con la oficialización del contrato de seis años y 68 millones de dólares por parte de los Medias Blancas.

El prometedor toletero, de 26 años de edad, no pudo contener las lágrimas al salir al U.S. Cellular Field de Chicago y ver concretado su sueño, de pertenecer a una organización de Grandes Ligas y tener así la oportunidad de mostrarse en el mejor beisbol del mundo.

Tras ser presentado a los medios, Abreu salió al terreno de juego y luego de posar para las cámaras se alejó unos metros para admirar el estadio y en secreto brindarle ese momento a su madre y agradecerle, pese a la distancia ya que se encuentra en Cuba, por darle la fuerza para lograr este objetivo.

«Todo comienza por mi mamá, Daisy Correa. Ella es y va a hacer siempre la fuente de inspiración para todo, cada vez que salga al terreno a jugar, a entrenar. Mi mamá es el punto de partida de todo este trabajo desde que salimos de Cuba. Hoy cuando salí al terreno y vi este estadio solo pensé en una sola persona, mi mamá. En estos momentos, por cosas de la vida no la tengo, pero quisiera haberla tenido a mi lado. Pero espero tenerla en un futuro aquí compartiendo conmigo este sueño, que también es de ella», dijo Abreu, quien lloró alejado de todos, mientras pisaba y reconocía el U.S. Cellular Field.

Los Medias Blancas fueron los ganadores, entre un puñado de equipos, en la puja por el cubano, al sentir que fueron ellos el equipo que mayor interés tuvo en su persona, además de ser una organización que cuenta con otros dos peloteros cubanos, Dayán Viciedo y Alexei Ramírez, siendo este último un compañero suyo durante sus días en el beisbol de la isla.

«La gente puede mirar y hablar del dinero. Pero lo importante para mí es tener esta oportunidad de jugar en Grandes Ligas y de mostrar lo que yo puedo hacer. Al final el dinero va y vine, pero lo que importa es lo que uno deje y haga en el terreno de juego y esa es mi mentalidad», dijo Abreu, quien agregó: «La decisión fue bien clara y bien fácil, los White Sox desde que comenzó mi proceso habían estado muy interesados y eso bastó para darme cuenta que ellos eran el equipo adecuado. Siempre quise jugar y estar junto a peloteros cubanos, porque ellos te pueden ayudar con esa experiencia».

Chicago le entregó un bono de diez millones de dólares por la firma y le pegarán siete millones en el 2014 y en el 2015, diez millones en el 2016, 10.5 millones ene l 2017, 11.5 millones en el 2018 y 12 millones en el 2019.

Razones de la apuesta

El gerente general de los Medias Blancas, Rick Hahn, explicó las razones de la apuesta del equipo por Abreu y lo que esperan que el cubano le brinde a la organización.

«Durante la temporada hicimos algunos movimientos que nos dieron flexibilidad para hacer algunas firmas de impacto, como esta. Sus habilidades van más allá de su poder ofensivo. Es un bateador inteligente, profesional, que se sabe ajustar a las situaciones del juego y a lo que requiera cada turno al bate», expresó Hahn.

Algunas otras causas que pesaron en la decisión de la novena de Chicago para asegurar a Abreu fueron las limitaciones del mercado de agentes libres este año, en donde y según Hahn no hay muchos peloteros de impacto como ellos quieren para su futuro. Esto además de lo costoso que iba ser pelear por cualquiera de los peloteros disponibles. Esto aunado al hecho de que al firmar al cubano el equipo no tiene que entregar ninguna selección de su draft universitario.

La contratación de Abreu, sin embargo, es tan solo el punto de partida en la construcción de los Medias Blancas para la próxima temporada, luego de registrar una campaña nefasta en el 2013.

«Sabemos que no es solo necesidad de un solo pelotero. Debemos seguir sumando jóvenes peloteros para asegurar un futuro competidor, que es lo que estamos buscando», dijo Hahn, quien agregó: «Él es parte de ese proceso y esperamos que sea una parte importante en esa transición. Cuando tienes a un jugador con las habilidades de José, en el medio de la alineación, y con lo que él puede hacer te ayuda a que todos los que están alrededor de él sean mejores y eso es bueno para él también».

Poder

Los antecedentes de Abreu, en Cuba, donde jugó durante nueve años con el Cienfuegos, le prometen a los Medias Blancas contar con un pelotero capaz de conectar jonrones y de remolcar carreras. Es decir, de un hombre productivo en la parte media de la alineación, algo que no tuvieron este año.

En la pelota de máximo nivel en su país, Abreu dejó promedio de .392, con 133 jonrones, 337 carreras remolcadas, 311 carreras anotadas y 278 bases por bolas, en 346 juegos acumulados en las cuatro últimas campañas.

Si bien por esos números es que el cubano, quien desertó en agosto de la isla y se radicó en Haití, donde obtuvo la nacionalidad que le permitió convertirse en agente libre y firmar para las Grandes Ligas, llamó la atención y ha sido considerado un bateador de poder. Él se confiesa ser un bateador hábil, capaz de hacer lo que el equipo necesito.

«Todos sabemos que poseo una fuerza increíble, pero tengo contacto también. Cuando estoy en un equipo no solo pienso en dar jonrones, sino en ayudar al equipo en lo que necesite», aseguró Abreu, quien tiene apenas tres semanas de haber llegado a Estados Unidos y aún no quiere dar de detalles de su proceso de escape.

Sin presión

Abreu no siente la presión que pudiera haber en el ambiente por lo que representa su firma y por ser él la última gran contratación cubana, luego de lo que han venido haciendo Yoenis Cespedes, con los Atléticos de Oakland, y Yasiel Puig, con los Dodgers de Los Ángeles.

«Hay una generación de cubanos que han llegado y han sido una fuente de inspiración para mí, que me han impulsado a probar en Grandes Ligas. No tengo a ese jugador que me haya inspirado más. La inspiración son todos los cubanos, desde (Minnie) Miñoso hasta los de ahora», dijo Abreu.

Tras participar en el pasado Clásico Mundial de Beisbol, con la selección nacional de Cuba, Abreu se sintió listo para probar suerte en el máximo nivel, ya que ese certamen fue una prueba para medir sus habilidades.

«Después del Clásico Mundial me di cuenta que podía probar en Grandes Ligas», dijo el primera base, quien bateó para .360, con tres jonrones y nueve carreras remolcadas, en seis juegos en ese evento.

¿Se cierra el ciclo de Konerko? La firma de Abreu, quien comenzó a jugar beisbol a los ocho años edad, no le cierra las puertas a Paul Konerko para regresar un año más con los Medias Blancas, según señaló el gerente general del equipo.

«Este movimiento no excluye a Paulie para nuestros planes del próximo año. Con Paulie hablé de José desde el momento en que decidimos que los queríamos firmar y le informé de todo. Él todavía no ha tomado una decisión y nosotros lo respetamos y sabemos que cuando lo haga, si quiere regresar, será bienvenido», dijo Hahn.

La personalidad en un número: 79

Los Medias Blancas le entregaron el número 79 a José Dariel Abreu, por petición especial de él, ya que ese es el número con el que jugó y se dio a conocer en Cuba. Sin embargo, hay una historia detrás de eso y en ella está nuevamente involucrada doña Daisy Correa, su madre.

«Todo comienza por mi mamá. Cuando yo comencé a jugar en Cuba le dije a ella que me escogiera un número, un número con el que yo siempre pudiera ser reconocido por lo que hiciera en el terreno de juego, así como pasó con Minnie Miñoso y el nueve. Entonces ella escogió el 79 y ese ha sido el número que siempre he tenido. Espero ahora poder destacarme con ese número aquí con los Medias Blancas en Grandes Ligas», contó Abreu, quien ya tiene el camino despejado para brillar con su número 79 en las mayores y hacer aún más orgullosa a doña Daisy.

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