Piden ayuda ahora que su padre no está
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Hijos de un hombre que fue ultimado esta semana por un policía municipal mientras defendía a un limpiavidrios en la avenida John F. Kennedy viven en una casa alquilada y en pésimas condiciones.
Como crónica de una muerte anunciada es la triste historia que cuenta entre palabras sollozantes María Altagracia Méndez, viuda de Mariano Figueroa de Paula, quien murió de un disparo en la cabeza por parte del sargento de la Policía Municipal Ángel Ogando el pasado miércoles.
Y es que la fecha 18 de julio para ella y sus hijos no se borrará nunca, ya que habían dicho a Mariano que no se fuera a trabajar, que se quedara en casa, sin embargo, éste insistía, ya que tenía que buscar el sustento de su hogar.
Mariano era un padre alegre y amoroso, que dormía en el suelo para darles la cama a sus tres hijos de 15, 10 y cinco años de edad, dos de éstos asmáticos.
Ya nada será igual, dice su hija mayor, quien junto a sus hermanos esperaban a su padre cada día para comer juntos en su humilde casa, ahora, la comida está servida en la mesa carcomida de madera pero Mariano no está.
El sueño de Mariano era ver a sus hijos bajo un techo seguro y propio, anhelo que fue arrebatado por un cartuchazo que le segó la vida, dejando a su familia sola y desamparada.
Fe es a la palabra a la que está aferrada María Altagracia, quien guarda como un tesoro las partencias de su único amor y el padre de sus hijos, un hombre que se quitaba el pan de la boca pera déselo a sus tres vástagos que hoy extrañan a su papá, el camionero.
Por: Katherine Reyes
