El presidente Hasan Rohani repudió la posibilidad de que Estados Unidos reconozca a Jerusalén como capital israelí
El régimen iraní comenzó a presionar a los países de la región ante la posibilidad de Donald Trump anuncie el traslado de la embajada de EEUU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
El presidente persa, Hasan Rohani, llamó a los musulmanes a «desbaratar» lo que calificó como un complot entre «países anónimos» para construir lazos con Israel».
«Algunos países islámico regionales han revelado desvergonzadamente su cercanía» a Israel, señaló durante un discurso transmitido por medio de la cadena de televisión estatal.
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«Estoy seguro de que los musulmanes de todo el mundo no permitirán que este siniestro plan dé frutos», agregó.
Si bien no mencionó a ningún país, se especula que hacía referencia a Arabia Saudita. Una de las grandes potencias de la región que, junto a Israel, consideran a Teherán como la principal amenaza para Medio Oriente.
Las tensiones entre Irán y Arabia Saudita alimentaron las especulaciones de que Riad podría trabajar conjuntamente con Israel, consigna The Jerusalem Post.
La rivalidad entre el régimen persa y el reino sunita se intensificó por los conflictos en países como Siria, Irak y principalmente Yemen, donde Irán respalda a los rebeldes hutíes.
Trump pospuso su decisión de trasladar la embajada norteamericana a Jerusalén, lo que significaría un reconocimiento de esa ciudad como la capital israelí.
Gran parte del mundo musulmán alzó su voz ante esta posibilidad y amenazó con diferentes represalias.