En los últimos 12 años, enterró a cientos de migrantes
Con una pala como única herramienta, Chamseddine Marzoug se impuso una misión: enterrar «dignamente» a los migrantes fallecidos frente a las costas de Túnez al intentar alcanzar Europa.
El quincuagenario, que llevaba gafas de sol y sombrero para protegerse del calor, contempla el trozo de tierra árida en el que cavaó dos nuevas tumbas en Errouis, cerca de Zarzis (sur), cerca de Libia.
El país vecino es el punto de salida de numerosos barcos atestados de personas que buscan un futuro mejor.
«El hecho de que participaran en una travesía ilegal, obligadas por la miseria y la injusticia, no significa que no merezcan ser enterradas con respeto y dignidad«, afirma Marzoug a la AFP.
Este antiguo pescador, que también trabajó como chófer para la Cruz Roja, está actualmente en paro.
En los últimos 12 años, enterró a cientos de migrantes, asegura.
En Zarzis, los pescadores están en primera línea para rescatar a los migrantes en peligro o para recuperar los cuerpos de aquellos cuyos sueños de llegar a Europa se convirtieron en tragedia.
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Según las cifras oficiales, 126 personas de varias nacionalidades fueron rescatadas frente a las costas de Zarzis desde principios de 2017 y se han recuperado 44 cadáveres.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que más de 2.000 personas murieron este año al intentar cruzar el Mediterráneo entre Libia e Italia.
Suelen ser los marineros quienes avistan las embarcaciones con problemas y avisan a las autoridades, pero, a menudo, son ellos mismos quienes socorren a los migrantes.
«Sales a ganarte la vida y vuelves con migrantes en lugar de pescado», explica Chamseddine Bourassine, el presidente de las asociaciones de pescadores de Zarzis. Pero «no podemos ver morir a la gente sin intervenir», prosigue.
Fuente: AFP
