Las elecciones de las nuevas autoridades del Parlamento brasileño, celebradas en los últimos dos días, han fortalecido el poder político del presidente Michel Temer, cuya base ha retenido el control de las Cámaras de Diputados y del Senado.
Las autoridades del Parlamento brasileño son renovadas cada dos años y hoy el oficialista Rodrigo Maia fue reelegido al frente de la Cámara baja, un día después de que Eunicio Oliveira, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera Temer, fuera electo para la Presidencia del Senado.
En el caso de Maia, obtuvo 293 de los 513 votos de los diputados, mientras que Oliveira venció a su único contrincante, José Medeiros, del Partido Social Democrático (PSD) y también de la base política de Temer, por una aplastante diferencia de 61 votos frente a 10.
La única sombra en esas dos contundentes victorias llega desde el poder judicial, ya que la prensa local asegura que tanto Maia como Oliveira han sido citados por exdirectivos del grupo Odebrecht, que colaboran con la justicia en la investigación de las corruptelas en Petrobras, como beneficiados de la trama destapada en la petrolera.
Ambos han negado sus vínculos con esa red de corrupción y se han proclamado a favor de que los testimonios dados por los exdirectivos de Odebrecht, hasta ahora bajo secreto judicial, sean publicados a fin de conocer su real contenido y, si fuera el caso, presentar sus debidos alegatos.
“Son inventos de delatores que buscan salvarse implicando a algún personaje público”, declaró hoy Maia, casi repitiendo las palabras usadas por Oliveira tras su elección en el Senado.
En el Gobierno, la victoria de los dos candidatos apoyados por Temer fue recibida con confianza, sobre todo porque se interpreta que abre la puerta a la aprobación de unos polémicos proyectos presentados al Parlamento y que tienen como meta intentar mejorar el clima económico en un país que lleva dos años en profunda recesión.
Entre ellos, figuran unas liberales propuestas de reforma de las leyes laborales y del régimen de jubilaciones, que son resistidas por la mayoría de los sindicatos y saludadas por los empresarios.
Tanto Maia como Oliveira se han declarado favorables a agilizar la discusión de esas materias, que completan un severo paquete de ajuste que Temer comenzó a aplicar el año pasado y supuso, entre otras cosas, congelar el gasto público por los próximos 20 años.
Una vez concluida la elección Maia, Temer envió un mensaje al Parlamento, con motivo de la apertura oficial del año legislativo.
El mensaje fue leído ante el pleno de parlamentarios por el senador Gladson Camelli y presentó un repaso de los “esfuerzos” del Gobierno por mejorar la situación económica del país y, sobre todo, atajar el desempleo, que ya afecta a unas 12 millones de personas.
“Brasil atraviesa una crisis. Eso es verdad, pero ahora el país tiene un rumbo” que apunta hacia la “recuperación nacional”, lo cual requiere del trabajo “conjunto e unido de todos los poderes de la República”, indicó Temer en su mensaje.
“El camino al futuro es el de la reforma, las reformas que el país precisa para retomar la inversión y el empleo, y asegurar las oportunidades que todos merecen”, y para ello es necesario “acabar con el populismo fiscal”, agregó el mandatario, partidario de reducir la presencia del Estado en la actividad económica.
También sostuvo que “una de las misiones que Brasil tiene por delante es salvar el régimen de jubilaciones”, que sufre un enorme déficit y que, según el Gobierno, está al borde de la quiebra.
Sobre la otra “gran reforma”, que afectará a las leyes laborales y aún no ha sido presentada, Temer solo garantizó que “preservará los derechos de los trabajadores”, pero flexibilizará las normas a fin de facilitar la creación de empleo, pues “nada es más indigno para un ciudadano que no tener una fuente de trabajo”.
Antes del inicio de la sesión, el pleno del Parlamento hizo un minuto de silencio en memoria de Marisa Leticia Rocco, esposa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y quien falleció hoy, como consecuencia de un derrame cerebral sufrido hace diez días.
