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Trump anunciará esta noche su candidato para el Tribunal Supremo

El presidente estadoun
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto del Tribunal Supremo, al día siguiente de cesar a la secretaria de Justicia interina por no defender su decreto sobre inmigrantes y refugiados. La máxima instancia judicial del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces, funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas. El nombramiento de un juez conservador que se retransmitirá en directo desde la Casa Blanca fue una de las promesas que más gustó a los electores del nuevo mandatario, que el lunes aseguró que su aspirante es una persona "increíblemente respetada". El anuncio llega dos días antes de lo previsto, presumiblemente para desviar la atención de la crisis política desatada por el decreto de Trump para vetar la entrada de inmigrantes y refugiados procedentes de siete países musulmanes. El Tribunal Supremo es la que en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones sobre temas muy sensibles, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas. Sus miembros, que ocupan el cargo de por vida, son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado. La institución virará a la derecha con la elección de Trump, para satisfacción de los ciudadanos más religiosos, los defensores de la posesión de armas, los partidarios de la pena de muerte y una parte del empresariado. Tras la muerte del magistrado Scalia, un pilar de la derecha conservadora, el expresidente demócrata Barack Obama propuso en marzo al juez Merrick Garland para ocupar la plaza vacante. Pero el Senado, dominado por el partido Republicano, se negó a darle audiencia. Esta forma de política obstructiva ha tenido finalmente algunas consecuencias para los republicanos. Temiendo los efectos que puede provocar un Tribunal Supremo conservador, el gobernador del estado de Nueva York propuso el lunes inscribir el derecho al aborto en la Constitución regional para garantizarlo "de una vez por todas". Los demócratas han prometido dar la batalla en Washington. Su líder en el Senado, Chuck Schumer, ha garantizado que se opondrán por todos los medios a la decisión de Trump. El portavoz del mandatario denunció el lunes la supuesta táctica de la oposición de "sacar partido político" de esta confrontación. "El presidente tiene derecho a que las personas que nombra tengan una audiencia", afirmó Sean Spicer, que pareció haber olvidado lo que precisamente le ocurrió a Obama con su candidato. - Tres finalistas - El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto del Tribunal Supremo, al día siguiente de cesar a la secretaria de Justicia interina por no defender su decreto sobre inmigrantes y refugiados. La máxima instancia judicial del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces, funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas. El nombramiento de un juez conservador que se retransmitirá en directo desde la Casa Blanca fue una de las promesas que más gustó a los electores del nuevo mandatario, que el lunes aseguró que su aspirante es una persona "increíblemente respetada". El anuncio llega dos días antes de lo previsto, presumiblemente para desviar la atención de la crisis política desatada por el decreto de Trump para vetar la entrada de inmigrantes y refugiados procedentes de siete países musulmanes. El Tribunal Supremo es la que en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones sobre temas muy sensibles, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas. Sus miembros, que ocupan el cargo de por vida, son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado. La institución virará a la derecha con la elección de Trump, para satisfacción de los ciudadanos más religiosos, los defensores de la posesión de armas, los partidarios de la pena de muerte y una parte del empresariado. Tras la muerte del magistrado Scalia, un pilar de la derecha conservadora, el expresidente demócrata Barack Obama propuso en marzo al juez Merrick Garland para ocupar la plaza vacante. Pero el Senado, dominado por el partido Republicano, se negó a darle audiencia. Esta forma de política obstructiva ha tenido finalmente algunas consecuencias para los republicanos. Temiendo los efectos que puede provocar un Tribunal Supremo conservador, el gobernador del estado de Nueva York propuso el lunes inscribir el derecho al aborto en la Constitución regional para garantizarlo "de una vez por todas". Los demócratas han prometido dar la batalla en Washington. Su líder en el Senado, Chuck Schumer, ha garantizado que se opondrán por todos los medios a la decisión de Trump. El portavoz del mandatario denunció el lunes la supuesta táctica de la oposición de "sacar partido político" de esta confrontación. "El presidente tiene derecho a que las personas que nombra tengan una audiencia", afirmó Sean Spicer, que pareció haber olvidado lo que precisamente le ocurrió a Obama con su candidato. - Tres finalistas - El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto del Tribunal Supremo, al día siguiente de cesar a la secretaria de Justicia interina por no defender su decreto sobre inmigrantes y refugiados. La máxima instancia judicial del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces, funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas. El nombramiento de un juez conservador que se retransmitirá en directo desde la Casa Blanca fue una de las promesas que más gustó a los electores del nuevo mandatario, que el lunes aseguró que su aspirante es una persona "increíblemente respetada". El anuncio llega dos días antes de lo previsto, presumiblemente para desviar la atención de la crisis política desatada por el decreto de Trump para vetar la entrada de inmigrantes y refugiados procedentes de siete países musulmanes. El Tribunal Supremo es la que en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones sobre temas muy sensibles, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas. Sus miembros, que ocupan el cargo de por vida, son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado. La institución virará a la derecha con la elección de Trump, para satisfacción de los ciudadanos más religiosos, los defensores de la posesión de armas, los partidarios de la pena de muerte y una parte del empresariado. Tras la muerte del magistrado Scalia, un pilar de la derecha conservadora, el expresidente demócrata Barack Obama propuso en marzo al juez Merrick Garland para ocupar la plaza vacante. Pero el Senado, dominado por el partido Republicano, se negó a darle audiencia. Esta forma de política obstructiva ha tenido finalmente algunas consecuencias para los republicanos. Temiendo los efectos que puede provocar un Tribunal Supremo conservador, el gobernador del estado de Nueva York propuso el lunes inscribir el derecho al aborto en la Constitución regional para garantizarlo "de una vez por todas". Los demócratas han prometido dar la batalla en Washington. Su líder en el Senado, Chuck Schumer, ha garantizado que se opondrán por todos los medios a la decisión de Trump. El portavoz del mandatario denunció el lunes la supuesta táctica de la oposición de "sacar partido político" de esta confrontación. "El presidente tiene derecho a que las personas que nombra tengan una audiencia", afirmó Sean Spicer, que pareció haber olvidado lo que precisamente le ocurrió a Obama con su candidato. - Tres finalistas - El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto del Tribunal Supremo, al día siguiente de cesar a la secretaria de Justicia interina por no defender su decreto sobre inmigrantes y refugiados. La máxima instancia judicial del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces, funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas. El nombramiento de un juez conservador que se retransmitirá en directo desde la Casa Blanca fue una de las promesas que más gustó a los electores del nuevo mandatario, que el lunes aseguró que su aspirante es una persona "increíblemente respetada". El anuncio llega dos días antes de lo previsto, presumiblemente para desviar la atención de la crisis política desatada por el decreto de Trump para vetar la entrada de inmigrantes y refugiados procedentes de siete países musulmanes. El Tribunal Supremo es la que en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones sobre temas muy sensibles, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas. Sus miembros, que ocupan el cargo de por vida, son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado. La institución virará a la derecha con la elección de Trump, para satisfacción de los ciudadanos más religiosos, los defensores de la posesión de armas, los partidarios de la pena de muerte y una parte del empresariado. Tras la muerte del magistrado Scalia, un pilar de la derecha conservadora, el expresidente demócrata Barack Obama propuso en marzo al juez Merrick Garland para ocupar la plaza vacante. Pero el Senado, dominado por el partido Republicano, se negó a darle audiencia. Esta forma de política obstructiva ha tenido finalmente algunas consecuencias para los republicanos. Temiendo los efectos que puede provocar un Tribunal Supremo conservador, el gobernador del estado de Nueva York propuso el lunes inscribir el derecho al aborto en la Constitución regional para garantizarlo "de una vez por todas". Los demócratas han prometido dar la batalla en Washington. Su líder en el Senado, Chuck Schumer, ha garantizado que se opondrán por todos los medios a la decisión de Trump. El portavoz del mandatario denunció el lunes la supuesta táctica de la oposición de "sacar partido político" de esta confrontación. "El presidente tiene derecho a que las personas que nombra tengan una audiencia", afirmó Sean Spicer, que pareció haber olvidado lo que precisamente le ocurrió a Obama con su candidato. - Tres finalistas - El presidente estadoun

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes el nombre de su candidato para ocupar el noveno puesto del Tribunal Supremo, al día siguiente de cesar a la secretaria de Justicia interina por no defender su decreto sobre inmigrantes y refugiados.

La máxima instancia judicial del país está abocada al bloqueo desde la muerte del juez conservador Antonin Scalia en febrero del año pasado. Desde entonces, funciona con ocho magistrados: cuatro conservadores y cuatro progresistas.

El nombramiento de un juez conservador que se retransmitirá en directo desde la Casa Blanca fue una de las promesas que más gustó a los electores del nuevo mandatario, que el lunes aseguró que su aspirante es una persona «increíblemente respetada«.

El anuncio llega dos días antes de lo previsto, presumiblemente para desviar la atención de la crisis política desatada por el decreto de Trump para vetar la entrada de inmigrantes y refugiados procedentes de siete países musulmanes.

El Tribunal Supremo es la que en última instancia interpreta la Constitución y debe tomar decisiones sobre temas muy sensibles, como el aborto, el matrimonio homosexual y la posesión de armas.

Sus miembros, que ocupan el cargo de por vida, son nombrados por el presidente y tienen que ser confirmados por el Senado.

La institución virará a la derecha con la elección de Trump, para satisfacción de los ciudadanos más religiosos, los defensores de la posesión de armas, los partidarios de la pena de muerte y una parte del empresariado.

Tras la muerte del magistrado Scalia, un pilar de la derecha conservadora, el expresidente demócrata Barack Obama propuso en marzo al juez Merrick Garland para ocupar la plaza vacante.

Pero el Senado, dominado por el partido Republicano, se negó a darle audiencia.

Esta forma de política obstructiva ha tenido finalmente algunas consecuencias para los republicanos.

Temiendo los efectos que puede provocar un Tribunal Supremo conservador, el gobernador del estado de Nueva York propuso el lunes inscribir el derecho al aborto en la Constitución regional para garantizarlo «de una vez por todas».

Los demócratas han prometido dar la batalla en Washington. Su líder en el Senado, Chuck Schumer, ha garantizado que se opondrán por todos los medios a la decisión de Trump.

El portavoz del mandatario denunció el lunes la supuesta táctica de la oposición de «sacar partido político» de esta confrontación.

«El presidente tiene derecho a que las personas que nombra tengan una audiencia», afirmó Sean Spicer, que pareció haber olvidado lo que precisamente le ocurrió a Obama con su candidato.

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