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Donald Trump avanza en su campaña presidencial para recortar ventaja de Hillary Clinton en estados clave

Un curandero trata el pánico de los latinos hacia Trump
Un curandero trata el pánico de los latinos hacia Trump

El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, siguió este jueves su campaña en solitario en Ohio y Carolina del Norte, confiado en que las encuestas lo infravaloran, mientras que su rival demócrata, Hillary Clinton, contó de nuevo con un imán de multitudes: Michelle Obama.

Ohio y Carolina del Norte, junto con Florida, otro estado donde Trump está centrando sus visitas en los últimos 12 días hasta las elecciones, son pieza fundamental en la estrategia del republicano para hacerse con los 270 votos electorales (adjudicados por estado en función del peso demográfico) que le abrirían las puertas de la Casa Blanca.

En Springfield, Ohio, Trump criticó la «estupidez» del presidente de EE.UU., Barack Obama, por «mentir» en la tramitación de una reforma sanitaria para universalizar las coberturas, cuyos precios subirán ahora entre aquellas familias de clase media que han adquirido seguros fuera de los que ofrecen los empleadores.

Trump está utilizando esta nueva revelación como arma contra el actual Gobierno y Clinton, a la que denunció por ser «la persona más corrupta que ha intentando ser presidente».

El candidato republicano criticó los manejos de la Fundación Clinton tras las revelaciones de Wikileaks en las que se exponen las tensiones por los beneficios económicos que obtuvo el expresidente Bill Clinton para dar discursos aprovechando la estructura y la imagen de la fundación.

«Si han hecho eso fuera de la Casa Blanca, imaginen lo que harán cuando los Clinton vuelvan al Despacho Oval (…). Francamente, hemos tenido ya suficiente con los Clinton», aseveró Trump, quien añadió que si llega al poder atacará a la élite política de Washington, iniciativa para la que ha acuñado la frase «drenemos la ciénaga».

Además, reiteró algunas de sus propuestas, como imponer más aranceles contra China, construir el muro en la frontera con México -que pagará «México, que está haciendo una fortuna con el comercio con nosotros»- y suspender por completo el programa de acogida de refugiados sirios víctimas de la guerra civil.

Tras pasar en Florida los últimos tres días, el magnate centrará esta semana a ampliar su ventaja demoscópica en Ohio de un punto, según la media de sondeos de RealClearPolitics, que le da solo ventaja en ese estado bisagra y en Iowa.

Las opciones de Trump de sumar los 270 votos electorales cada vez son más estrechas y pasan por ganar, además de los feudos republicanos más tradicionales, Iowa, Florida, Ohio y Carolina del Norte y otros 28 votos electorales de una reducida lista de estados aún en disputa que deberían incluir Pensilvania (20 votos electorales), más una combinación de Nevada (6), Utah (6) o Nuevo Hampshire (4).

La casi misión imposible de Trump requeriría arrebatar Pensilvania, donde las encuestas dan una ventaja media de 5 puntos a Clinton.

La exsecretaria de Estado también recaló en Carolina del Norte, de nuevo con el apoyo de uno de los pesos pesados del Partido Demócrata con los que está abordando esta recta final de campaña, que también le llevó a Florida a comienzos de semana, donde su ventaja en los sondeos no llega a los dos puntos.

En Winston-Salem (Carolina del Norte), Clinton estuvo acompañada por la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, un imán de multitudes de tanto calado como su marido, Barack Obama, y un hándicap para Trump, despreciado por la mayoría de la cúpula republicana.

Clinton incidió en la necesidad de salir a votar el 8 de noviembre por la importancia histórica de estos comicios, tras los que prometió empleos de calidad, educación superior asequible e inclusión para la mujer y minorías como los homosexuales, hispanos o afroamericanos.

La candidata demócrata pidió que los votantes no permitan que el progreso conseguido en los ocho años de Obama «se nos escapen de las manos», al tiempo que aseguró que «el sueño americano es lo suficientemente grande para todos».

La primera dama volvió a repetir el mantra demócrata: «Hillary Clinton es la persona más preparada para ocupar la Casa Blanca. Tiene más experiencia y exposición al cargo que ningún otro presidente en la historia (…) y, encima, es una mujer».

Además, Michelle Obama aseguró que Trump quiere que la campaña sea oscura y negativa y ha lanzado acusaciones de un sistema «amañado» para que la gente no salga a votar.

Las matemáticas electorales de Clinton parecen más fáciles que las de Trump, pues si solo ganan sus plazas ya aseguradas, además de los estados que se inclinan en las encuestas a su favor con amplios márgenes, como Pensilvania, Colorado, Nevada o Virginia, ya tendría prácticamente garantizada la Presidencia el 8 de noviembre.

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