Nadezhda Bazhina no es una cualquiera en su deporte. Ni mucho menos. La rusa, dos veces campeona de Europa en saltos de trampolín de 3 metros, llegaba a los Juegos de Río con la ilusión de lograr, al menos, un diploma olímpico.
Pero un horroroso salto durante las series preliminares la llevó a recibir un cero de los jueces y a perder cualquier esperanza de clasificarse para las finales.
En su cuarto salto, Bazhina encaró mal el trampolín y su cuerpo salió despedido hacia el aire desviado hacia la izquierda. Después de un triple mortal hacia delante, la rusa cayó al agua con la espalda.
Los jueces fueron inmisericordes y otorgaron un cero absoluto a la saltadora, que terminó la clasificación en la posición 26 de 29 participantes.