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Trump y Clinton ofrecen visiones contrastantes del país

Trump y Clinton ofrecen visiones contrastantes del país

Durante ocho noches este verano, hubo dos visiones marcadamente diferentes de los Estados Unidos.

En la Convención Nacional Republicana de Donald Trump, el país está cayendo en el caos y la ruina económica. Los inmigrantes fueron presentados como delincuentes y, en algunos casos, terroristas potenciales. El gobierno está amañado para ricos y poderosos, casi de forma irreparable.

«Solamente yo puedo arreglarlo», dijo Trump al aceptar la nominación presidencial republicana.

La convención demócrata en Philadelphia fue una refutación de cuatro días.

«Los Estados Unidos necesitan que cada uno de nosotros brindemos nuestra energía, nuestro talento, nuestra ambición, para hacer nuestra nación mejor y más fuerte», dijo Hillary Clinton al convertirse en la primera mujer candidata presidencial de uno de los dos partidos principales en el país.

Clinton reconoció las ansiedades económicas y de seguridad de los estadounidenses, pero defendió la grandeza del país. Los inmigrantes fueron celebrados en la reunión demócrata, incluyendo aquellos traídos ilegalmente de niños. El gobierno pudiera estar estancado, pero fue presentado también como una herramienta para proteger y proveer oportunidades a los marginados.

En medio de un turbulento verano en el mundo, Clinton acusa a Trump de tratar de asustar a los votantes para que se arriesguen con un novato político. Trump a su vez dijo que su rival demócrata o ignoraba o subestimaba la magnitud de los problemas.

En apenas tres meses, los votantes decidirán cuál de esas visiones piensan es la acertada.

La contienda está apretada. Eso sorprende a algunos demócratas que consideran a Trump obviamente no preparado para la presidencia. Y es un alivio para republicanos que piensan que Clinton es inaceptablemente corrupta y que temieron que la candidatura de Trump pudiera privarles de una buena oportunidad para recuperar la Casa Blanca y costarle escaños en el Senado y la Cámara de Representantes.

Vincent Fort, un senador estatal de Georgia que participó en la convención demócrata, tenía esperanzas de que Clinton les diese a los votantes razones para sentirse optimistas sobre su capacidad para lidiar con los problemas urgentes de la nación.

«Ser optimista no significa enterrar la cabeza en la arena», dijo Fort. «Ser optimista significa que decimos que podemos resolver esos problemas».

Pero para Sam LeDoux, un delegado republicano de 24 años residente en New México, la sombría evaluación ofrecida por Trump refleja más acertadamente que «estamos en tiempos muy oscuros».

Que el país esté dividido no es una revelación. Las políticas se han vuelto más polarizadas en los últimos años. Cuando el presidente Barack Obama ganó con 53% de los votos populares en el 2008, su victoria fue vista como total y decisiva.

Pero la brecha entre Clinton hy Trump, y aquellos que les respaldan, parece más profunda que en elecciones previas. Se refleja en el tono y temperamento de sus campañas, los antecedentes de sus votantes y las políticas que prometen.

Clinton ha prometido presentar una reforma integral de la inmigración en sus primeros 100 días en el cargo. Trump ha dicho que construirá un muro en la frontera con México. Clinton quiere ampliar las restricciones a las compras de armas de fuego. Trump dice que prevendrá gestiones en ese sentido.

Clinton, con una vasta experiencia en el gobierno, tiene que atraer la coalición de negros, hispanos y mujeres que dio la presidencia a Obama. Trump, un millonario de bienes raíces que no ha ocupado cargos públicos, necesita el respaldo de votantes blancos de clase trabajadora particularmente hombres.

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