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«Macho» Camacho es exaltado al Salón de la Fama del Boxeo

EE.UU.- En su época de gloria en el cuadrilátero, no había nadie como Héctor Camacho. Ahora, tres años después de su muerte, el «Macho» llegó a la cima de su deporte.

El puertorriqueño, quien salió de las peligrosas calles del Harlem hispano para convertirse en campeón mundial en tres divisiones, fue uno de los nueve exaltados el miércoles al Salón de la Fama Internacional del Boxeo.

«No ha habido, ni habrá, otro Héctor ‘Macho’ Camacho en la historia del boxeo. Era único», comentó el presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Francisco «Paco» Valcárcel, quien era un buen amigo del fenecido boxeador. «Era engreído, carismático. La gente lo amaba o lo odiaba, pero todos querían verlo».

Camacho, quien murió en 2012 a los 50 años luego de ser baleado en Puerto Rico, encabeza la clase de 2016 del Salón de la Fama, que también incluye al mexicano Lupe Pintor y al panameño Hilario Zapata.

Los exaltados fueron elegidos por la Asociación de Cronistas de Boxeo y un grupo de historiadores del boxeo.

Nacido en 1962 en Bayamón, Puerto Rico, Camacho se mudó tres años después con su madre a Nueva York. Siempre metido en problemas en las peligrosas calles de Harlem hispano, Camacho aprendió a boxear a los 11 años y pronto se convirtió en una estrella. Ganó tres títulos de los Guantes de Oro de Nueva York y acumuló marca de 96-4 como amateur, antes de convertirse en profesional en 1980.

Camacho conquistó el título súper pluma del CMB en 1983 con un nocaut en cinco asaltos ante Rafael Limón, agregó un segundo título con un triunfo por decisión unánime ante José Luis Ramírez en 1985 por la corona del peso ligero del CMB, y sumó su tercer título en 19989 al derrotar a Ray Mancini por el cetro junior welter de la OMB.

Camacho se hizo famoso por la rapidez de manos, devastadoras combinaciones y puntería de sus golpes, al igual que por su forma de vestir estrambótica y extravagante personalidad. El boricua ganó sus primeras 38 peleas antes de perder una decisión ante Greg Haugen en 1991, y fue uno de los púgiles más populares en los 80 y 90.

Ya fuese vestido como matador o bombero, gladiador o indígena, Camacho siempre era el centro de atención al entrar al cuadrilátero. Luego venía su rutina de lanzar una andanada de golpes al aire mientras realizaba un bailecito.

Todos sabían que era el «Macho time».

«Eso es algo que siempre hice», comentó Camacho en una entrevista con la AP en 2010 antes de retirarse ese año con récord de 79-6-3, con 38 nocauts. «Hace unos cuantos años, cuando lo hacía, lo disfrutaba. La competencia, ver cómo me desempeñaba».

Camacho, quien batalló con problemas de drogadicción y alcoholismo durante años, recibió un disparo en el rostro en noviembre de 2012 mientras estaba sentado en un vehículo con un amigo afuera de un bar en su ciudad natal. Murió cuatro días después, y fue enterrado en Nueva York.

Pintor, nacido en 1955, se convirtió en profesional en 1974 y en 1979 venció a Carlos Zárate para conquistar el título del peso gallo del CMB. También fue campeón del peso súper gallo, y se retiró en 1995 con marca de 56-14-2, con 42 nocauts.

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