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Hillary Clinton promete mantener unidas a familias de indocumentados

La aspirante demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, reiteró este martes su compromiso con los 11 millones de indocumentados en el país, prometió mantener unidas a sus familias y anunció que cerrará los controvertidos centros de detención privados.

«Los inmigrantes quieren a sus familias juntas», dijo Clinton durante su discurso durante la Conferencia Nacional de Integración de Inmigrantes, en el distrito neoyorquino de Brooklyn, donde obtuvo el respaldo del congresista de Chicago Luis Gutiérrez, quien se ha destacado como líder de la comunidad indocumentada.

La ex secretaria de Estado reiteró que de ganar la presidencia trabajará por una reforma migratoria integral justa, porque, señaló, no se trata de «un asunto político o económico», sino familiar.

En su mensaje en Nueva York, Clinton argumentó que una reforma migratoria podría significar millones de dólares para la nación, pero, agregó: «Para mí, es mucho más que un tema económico, más que un tema político. Esto es sobre familias».

Los principios que defiende Clinton contrastan con otros anunciados previamente por precandidatos republicanos como Donald Trump, que se ha mostrado a favor de expulsar del país a todos los indocumentados, al margen de la situación familiar que tengan.

De llegar a la Casa Blanca, Clinton ofrece ayuda para que más inmigrantes logren su ciudadanía reduciendo algunos costos de dicho proceso y aumentar el acceso a programas para aprender inglés, todo como parte de su plan de una reforma migratoria «justa».

«Ese fue mi compromiso como senadora y lo será como presidenta», argumentó la aspirante, que fue interrumpida en dos ocasiones por gritos de opositores a su candidatura, uno de los cuales, el mexicano Marco Malagón, la acusó de «hipócrita».

«Debemos gratitud a ellos, que han hecho a este país grande y seguiremos siéndolo», argumentó la precandidata, quien se comprometió con deportar sólo a aquellos indocumentados que representen una amenaza a la seguridad pública, a la vez que reiteró el compromiso de Estados Unidos con los refugiados.

La precandidata también reafirmó su defensa del programa de acción diferida para los jóvenes inmigrantes que llegaron a Estados Unidos durante su infancia, aprobado en 2012 y conocido por las siglas de DACA, y su equivalente para los padres, el programa DAPA, así como la expansión del acceso a los servicios de salud.

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