Rusia.- Alexander Kukarin era integrante del equipo nacional de pentatlón, con el que obtuvo una medalla de plata en el Campeonato del Mundo de 2015.
El pentatleta ruso Alexander Kukarin perdió su vida cuando apenas tenía 22 años de edad, según confirmó este lunes el servicio de prensa de la Federación rusa de Pentatlón.
«La muerte de Kukarin tuvo lugar en un hotel de Moscú», informa el comunicado. «La investigación del caso está en marcha. La causa de su muerte está siendo determinada en estos momentos», agrega el texto.
Kukarin, originario de San Petersburgo, ganó la medalla de plata de relevos masculinos en 2015 en los Campeonatos del Mundo.
También conquistó la presea de bronce en la categoría de relevos mixtos en los campeonatos de Europa de 2015 en agosto pasado en Bath (Inglaterra).
La sombra del dopping
La muerte de Kukarin se produjo mientras la Federación de Atletismo de Rusia (ARAF) permanece suspendida en forma provisoria por presunto dopaje organizado.
Durante las próximas semanas, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés) realizará una inspección al equipo ruso y, tras ello, tal vez levante la pena y le permita presentarse en las competencias de los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Los atletas rusos de pista y campo podrían perderse los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro si su federación de atletismo fracasa en demostrarle a la IAAF que ya ha desmantelado para siempre un supuesto programa de dopaje respaldado y encubierto por el Gobierno, el cual fue expuesto por una comisión designada por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Para levantar la suspensión, la federación de atletismo rusa debe satisfacer a un equipo de inspección de la IAAF y librar numerosos obstáculos. La IAAF ya dijo que esas medidas incluiránvetar a atletas, doctores, entrenadores y otros que se doparon o fueron cómplices.
También se espera que Rusia implemente otras reformas, incluidas medidas para alentar la denuncia de irregularidades para erradicar la «profundamente arraigada cultura de hacer trampa» que identificó la comisión de la AMA.
