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El traficante de drogas «que defendió a los pobres»

Un periodista del diario británico ‘The Guardian’ entrevista al encarcelado Antonio Francisco Bonfim Lopes, apodado ‘Nem’, el exjefe del grupo narco de Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, y descubre cómo este hombre «sin educación, pero naturalmente inteligente» llegó a «dirigir un gran complejo de negocios» en la ciudad brasileña y canalizar algunos beneficios del tráfico de drogas en la ejecución de un estado de bienestar para 100.000 personas.

«‘Nem’ era el enemigo público número uno en Río, durante seis años fue el jefe indiscutible del tráfico de drogas en Rocinha, que según la Policía, es responsable del 60 por ciento de toda la cocaína consumida en Río», escribe el periodista Misha Glenny.

La falta de atención apropiada a las favelas por parte de las autoridades durante décadas contribuyó a que estos barrios se hundieran en la pobreza, la corrupción, las drogas y la violencia, según destaca José Mariano Beltrame, secretario de Seguridad de Río de Janeiro.

Probablemente, esa falta de asistencia social o económica cambió para siempre la vida de Antonio Francisco Bonfim Lopes en el año 2000. El entonces joven tenía «un trabajo respetable», pero después de que su pequeña hija desarrollara una enfermedad autoinmune poco frecuente, se dio cuenta de que su salario no era suficiente para cubrir el tratamiento necesario.

«La única persona que le pudo prestar dinero era el entonces jefe de la favela, pero para pagar la deuda, Bonfim tuvo que dejar su trabajo y comenzar a trabajar para el cártel. En los años siguientes se convirtió en el narcotraficante más poderoso y exitoso en Río», escribe Glenny.

Así, ‘Nem’ llegó a ser, de hecho, «alcalde,  jefe de la Policía y director de la Cámara de Comercio para una comunidad estimada en 100.000 habitantes». Con los ingresos del tráfico de cocaína «tenía un negocio que apoyaba a cerca de 1.000 personas y también canalizaba algunos de sus beneficios en un estado de bienestar básico». Además, según un detective local, «no era un hombre de la violencia».

Ahora, «Beltrame se enfrenta a un reto inmenso para prevenir la violencia en las favelas». «Con la creciente desconfianza entre los residentes ordinarios y policías y un aumento de la demanda de cocaína, parte de Río puede comenzar a sentir nostalgia por el liderazgo de ‘Nem’ en Rocinha», concluye el periodista.

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