Uno de los episodios más extraños e infames del boxeo se vivió hace 18 años. El 28 de junio de 1997 en el MGM Grand Arena de Las Vegas, Evander Holyfield,campeón reinante de los pesados le otorgaba la revancha a Mike Tyson. Un combate esperado y en el que se deseaba mucha acción, pero que terminó con una gran bronca ocasionada por una mordida.
El primer combate tuvo su dosis de polémica, pues para muchos, Holyfield debió ser descalificado por propinar demasiados cabezazos a Tyson. La batalla terminó por nocaut técnico en el round 11, con una gran decepción por parte de la gente de ‘Iron Mike’ y la revancha fue reclamada, pues sentían que no se había hecho justicia.
Todo, hasta el pago por evento, rompió récords en este combate, al ser adquirido por 1.99 millones de televidentes, es decir: una gran fiesta se esperaba en el cuadrilátero de Las Vegas, pues era el combate más esperado en ese momento.
Los dos primeros episodios transcurrieron con relativa tranquilidad, aunque los cabezazos de Holyfield comenzaron a ser acusados por Tyson, quien le reclamó al referee Mills Lane que incluso ya le había abierto la ceja derecha, sin que este se inmutara. En el segundo, el boxeo prevaleció hasta los últimos segundos, pero vino un nuevo golpe con la cabeza por parte del campeón.
La actitud del entonces monarca ya tenía enfurecido a Tyson, quien en el tercer asalto lanzó una mordida a Holyfield y le arrancó un trozo de la oreja derecha. En cuanto sintió la mordida, el campeón saltó y le reclamó a su rival, Tyson le respondió con un empujón. El tercero sobre la superficie intentó arreglar el desaguisado, pero ‘el chico dinamita’ lo volvió a hacer.
Holyfield por su parte, lucía tranquilo y afirmaba que ya había perdonado a Tyson. Años después ambos pugilistas se reencontraron en un comercial en el que Mike Tyson le regresaba la oreja en una caja y le daba un abrazo a ‘The real deal”.
Por Fox Deporte