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Manifestaciones por corrupción se tornan agresivas en Honduras

Tegucigalpa, Honduras.- Al menos una persona resultó herida el martes por un grupo de simpatizantes del gobierno que intentó disolver una huelga de hambre que realizan cuatro jóvenes en las cercanías de la casa presidencial para exigir el fin de la corrupción y la impunidad en Honduras.

«A las 2 de la mañana orábamos y de repente más de 15 hombres armados llegaron en dos vehículos, nos atacaron y huyeron rápidamente», dijo The Associated Press Ariel Varela, uno de los manifestantes.

Juan Flores, profesor de literatura en un colegio privado bilingüe, recibió una pedrada en su cabeza, según Varela. Flores, quien está hospitalizado, acompañaba a los huelguistas.

La agresión ocurrió pese a que el lugar permanece rodeado de vallas y militares que bloquean la circulación en una de las principales calles de Tegucigalpa para impedir que más personas se unan a la protesta.

«Esta acción nos impulsa a continuar en la protesta», aseguró Varela. «Y aquí estaremos hasta que la Comisión Internacional contra la Impunidad de las Naciones Unidas se instale en el país y que el Congreso inicie juicio político contra todos los implicados en el saqueo del Instituto Hondureño del Seguro Social por el cual han muerto más de 3.000 personas».

El activista de derechos humanos Denis Muñoz, que asiste a los manifestantes, dijo que «los militares y policías sólo nos permiten estar en un reducido espacio a unos 50 metros del portón de la (casa) presidencial».

Informó que las autoridades «han cerrado la calle frente a las oficinas del presidente Juan Orlando Hernández y permiten escasas visitas de familiares a los huelguistas». Los huelguistas enfrentan problemas para hacer sus necesidades y son atendidos por médicos amigos.

El movimiento de protesta Oposición Indignada nació el 2 de mayo en las calles de esta capital cuando el hijo de 17 años de Varela convocó a sus compañeros de colegio a reunirse con antorchas frente a la sede del Congreso para protestar por un escándalo de corrupción en el Instituto del Seguro Social.

Desde entonces, las marchas de las antorchas se han extendido y se han repetido casi a diario en diferentes ciudades, llegando a rodear la sede de las Naciones Unidas, las oficinas del Ministerio Público y la embajada de Estados Unidos.

El asesor presidencial Ebal Díaz calificó a los manifestantes de «gente que no cree en Dios, no respeta a nadie y está dispuesta a sembrar el caos en Honduras».

Para él «este movimiento ya perdió su sentido patriótico, pese a que en un principio dio esperanzas de ser genuino».

A través de un sistema de compras de medicamentos en mal estado, de la sobrevaloración de productos y servicios y del pago de comisiones, Mario Zelaya, director del Instituto durante el gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014), hizo perder más 100 millones de dólares al sistema sanitario y de pensiones del país.

Tanto él como los ex viceministros de Salud y Trabajo están encarcelados por este escándalo junto a varios empresarios. Toda la junta directiva del Instituto, integrada por miembros del Partido Nacional de gobierno, es investigada.

Para la tarde del viernes está convocada otra movilización de antorchas que desembocará frente a la casa presidencial para reunirse con los huelguistas de hambre. Se teme que surjan enfrentamientos porque el gobierno ha anunciado una acción similar de sus simpatizantes hacia el mismo punto.

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