La siquiatra tailandesa Panpimol Wipulakorn, directora del Departamento de Salud Mental del Instituto de Rajanukul, en Bangkok, aseguró en un estudio que prestar atención a los “me gusta” que reciben las selfies en las redes sociales puede ser síntoma de un problema que debería ser visto por un especialista.
Por este motivo, el siquiatra Rodrigo Paz advirtió sobre los cuidados que hay que tener para no caer en las adicciones a las redes sociales.
En ese sentido, indicó que los especialistas en salud mental “vemos con preocupación cómo día a día nuestros pacientes consumen más y más internet, lo cual por sí mismo no tendría por qué ser un problema, salvo que el consumo, especialmente de Facebook, Twitter y otras redes sociales, se hace en desmedro de otras actividades”.
El médico detalló en ese sentido que “se constituye una adicción cuando el consumo de productos de internet empieza a ser de una manera obsesiva, se empiezan a acostar tarde, se ponen irritables, comienzan verdaderas batallas campales para sacarlos de la pantalla”.
Al respecto, enumeró que quienes sucumben a este tipo de problema son “chiquillos que sufren trastornos de ansiedad, niños muy tímidos, fóbicos, con dificultades para poder interactuar socialmente en la vida real y que encuentran en estas relaciones virtuales una especie de fuga de un mundo en donde pueden desarrollar su personalidad sin exponerse a sus temores, sus angustias, y que en la vida real se les hace más difícil o a veces imposible la interacción con sus pares”.
Sobre los selfies, Paz manifestó que “la recompense natural de la cual se nutren es esta verdadera adicción a los likes, a los me gusta, de la necesidad de aprobación”.
Por este motivo, enfatizó que “el adicto a redes sociales obtiene una gratificación fácil, rápida, intensa, de la cual empieza a ser dependiente y solo falta una experiencia de rechazo virtual para que todo se desmorone”.
Por último, el siquiatra señaló que “el llamado que hacemos los profesionales de salud mental es decirle a los padres que pongan límites al consumo de internet ahora ya. Un chiquillo no debiera estar conectado a redes sociales más de una o dos horas al días, no más que eso. Si el chico insiste, hay que ponerse firme, y si a pesar de eso no se logra conectar, hay que llevar a ese niño a un especialista de salud mental”.
